CONFESIONES DE UN FRACASADO (RELATO CORTO)

En qué momento perdí el rumbo de mi vida, no lo sé. Ahora estoy bajo la lluvia, botando una pelota de tenis mientras fumo un cigarrillo, con la mente vacía, o dando vueltas en un círculo sin salida, que viene a ser lo mismo, pues el resultado no cambia. No encuentro soluciones porque no puedo identificar el problema, si es que existe problema alguno, quizá esto sea cuestión del envejecer, aunque, ¿así?
Sé de cualquier manera que es un cuento, pero quiero creer en el, porque me niego a aceptar la realidad, y la realidad es que soy un perdedor, ¿desde cuándo?, intento resolver el enigma que se ha convertido en obsesión y al tiempo me desembarazo de la idea, será que me estoy volviendo loco, abrazo y suelto, abrazo y suelto y entonces me rindo, y continúo con mi existencia rutinaria, donde mi única tarea consiste en respirar, y fumar, y botar pelotas. ¿Cuántos años han pasado?, tal vez solo unas horas, o unos minutos, estoy tendido en el sofá con la mirada perdida en un televisor apagado, siempre está apagado al menos que alguien de la familia decida encenderlo, lo cual sucede muy pocas veces porque cada cual prefiere ver la televisión en su cuarto, yo no tengo paciencia para ver una película o el noticiario, tampoco los deportes despiertan mi atención, ¿y los libros?, me digo, que tanto he leído. No, la mente se dispersa entre los renglones y soy incapaz de seguir la trama o la idea.
Por curiosidad he introducido este extracto de mi diario en una inteligencia artificial, y le he pedido que se comportase como un médico psiquiatra para darme un diagnóstico, lo cierto es que no me ha sorprendido su respuesta, ansiedad y depresión, eso sí, ha sido muy cauta y me ha recomendado la necesidad de visitar a un profesional. Aunque no ha existido sorpresa, no quiere decir que esté de acuerdo con la máquina, de hecho las causas y los efectos se entremezclan, y en el caso de los efectos, ansiedad y depresión tengo yo las respuestas, o las causas, aislamiento social y aburrimiento crónico con una gran dosis de apatía. Sin embargo esto no resuelve nada, pues siguen siendo conceptos vacíos si no les consigo añadir el por qué, y así comenzaba la entrada del diario, buscando estos porqués. Y si digo que no tengo estudios, ni trabajo ni cualificación en algún oficio, y si digo que no tengo amigos, amigas, pareja, hijos, y si continúo y digo que no sé conducir y carezco de domicilio propio, que no tengo dinero y que físicamente soy una ruina, nos situamos en el principio y ya parece estar resuelto el misterio. Si no fuera por el hecho de que desconozco el momento exacto en el que sucedió el desbarajuste, y cuando miro dentro de mí y lo veo, prefiero negarlo, no supe manejar la adolescencia y eso duele reconocerlo, no existiendo más culpables que yo, por mucho que me empeñe en encontrarlos. Sí, perdí el rumbo en la adolescencia, he tirado la vida a la basura, siempre he sido un fracasado, y eso solo lo puede saber mi diario y la máquina, y mi médico psiquiatra que es una mujer encantadora que no me aporta nada para mí problemática. Pero lo sabe también mi familia, los vecinos y cualquiera que me conozca o me haya conocido, es digamos un secreto a voces aunque no le importe a nadie y yo sea invisible.

Comentarios

Entradas populares de este blog

PRESENTACIÓN

HOMELESS TRIP (RELATO CORTO)

LA VAQUITA (RELATO CORTO)